En su libro de 1976 El Duodécimo Planeta, el autor ruso-americano Zecharia Sitchin afirmó que los Anunnaki eran en realidad una raza de seres extraterrestres del planeta no descubierto llamado Nibiru, quienes llegaron a la Tierra hace aproximadamente 500,000 años con el fin de extraer oro.
Según Sitchin, los Anunnaki ingenieraron genéticamente al homo erectus para crear humanos modernos que trabajaran como sus esclavos. Sitchin afirmó que los Anunnaki se vieron obligados a abandonar la Tierra cuando los glaciares antárticos se derritieron, provocando el Diluvio de Noé, que también destruyó las bases de los Anunnaki en la Tierra. Estas tuvieron que ser reconstruidas y los Nefilim, necesitando más humanos para ayudar en este esfuerzo masivo, les enseñaron la agricultura.
Ronald H. Fritze escribe que, según Sitchin, “los Anunnaki construyeron las pirámides y todas las otras estructuras monumentales de todo el mundo que los teóricos de los antiguos astronautas consideran tan imposibles de construir sin tecnologías altamente avanzadas”. Sitchin también afirmó que los Anunnaki dejaron híbridos humano-alienígenas, algunos de los cuales podrían estar aún vivos hoy en día, sin conocer su ascendencia alienígena. Sitchin amplió esta mitología en trabajos posteriores, incluyendo La Escalera al Cielo (1980) y Las Guerras de los Dioses y los Hombres (1985). En El Fin de los Días: Armagedón y la Profecía del Retorno (2007), Sitchin predijo que los Anunnaki regresarían a la Tierra, posiblemente tan pronto como en 2012, correspondiendo al fin del calendario de la Cuenta Larga mesoamericano.
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